Dicen que para olvidarte hay que tener en el bolsillo un almanaque sin domingos, un crucero y navegar por un océano sin mar. Tomarse toda el agua de la lluvia...
Y en realidad, hay cosas que no voy a olvidar. Como tus ojos de soledad, la tarde que los hice llorar. Y escucho voces dentro de mi casa, a veces creo que es tu fantasma. Tus amenazas, mis escapadas. Recuero de mi clandestinidad...
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